El magnesio es un nutriente esencial que suele escasear de forma notable en nuestro cuerpo, se estima que cerca del 70% de la población presenta un nivel bajo de magnesio en el organismo, este macromineral lleva a cabo más de 600 funciones metabólicas y actúa como un gran protector cerebral, funciones corporales como regulación de los niveles de glucosa en sangre, presión arterial, función muscular, nerviosa, síntesis de proteínas, contribuye al desarrollo del hueso y en la construcción de ADN y ARN, todo esto se debe a los beneficios positivos para mejorar los estados crónicos de estrés y ansiedad, muchos científicos lo llaman ya el Valium de la naturaleza, sin embargo en los últimas décadas el déficit en este mineral se sitúa entre los tres primeros, junto al hierro o la vitamina D.
El magnesio se ha puesto de moda, lo vemos a diario en herboristerías, farmacias e incluso supermercados, se puede presentar en distintas fórmulas, el carbonato de magnesio que es utilizado como antiácido o el citrato de magnesio que es el más popular por su efecto laxante, el que nos interesa es el bisglicinato de magnesio que junto con L-Glicina y vitamina B6 reduce los niveles de estrés por sus efectos calmantes, disminuye el cansancio y la fatiga contribuyendo a la relajación física, mental y a mejorar la calidad del sueño.
Lo primero es incidir que su carencia radica en dos factores la dieta moderna y los cultivos actuales, agricultura industrial y abono artificial, a medida que se reducen las reservas de este mineral, lo primero que notamos es una mayor sensibilidad al estrés y la ansiedad, pueden existir muchos más factores, pero las investigaciones al respecto de la terapia de magnesio es extensa, hasta el punto de que muchos artículos publicados en la revista Nature avalan los beneficios de este nutriente para nuestra salud psicológica, investigaciones en humanos han demostrado que los suplementos orales de magnesio en pacientes de edad avanzada aumentan la duración del sueño profundo y disminuyen los niveles cortisol hormona del estrés, pero ha sido difícil implementar estos estudios, la industria farmacéutica no está entusiasmada con la financiación de la investigación sobre un ion que está disponible libremente y por lo tanto, no es patentable, dice Harald Murck, neurocientífico de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad Philipps de Marburg, Alemania, también el neurocientífico Guosong Liu de la Universidad Tsinghua de Pekín, es uno de los mayores expertos en el estudio de la relación existente entre el magnesio, nuestra salud cognitiva y emocional.
Una de las cosas que se han descubierto es que el magnesio reduce el estrés y la ansiedad al estimular los receptores GABA (ácido gamma-aminobutírico) del cerebro, es un neurotransmisor que actúa como relajante de la actividad cerebral, si este compuesto tiene una actividad baja, el cerebro está sometido a una hiperactividad, aumenta nuestra preocupación, tenemos pensamientos obsesivos, nos despertamos de pronto en medio de la noche siendo conscientes del latido de nuestro corazón, esto conlleva procesos de desgaste acumulativo que desembocan en ansiedad, asimismo un aspecto que resulta sin duda también positivo es su mediación a la hora de producir un nivel adecuado de serotonina, una hormona que funciona también como neurotransmisor encargada de regular nuestro estado de ánimo, un nivel bajo de serotonina media en la aparición de los estados depresivos, si mantenemos una buena producción de serotonina tendremos mayores posibilidades de afrontar nuestro día a día con mayor energía y optimismo, el magnesio facilita y ayuda a la función de ambos.
El magnesio y el estrés están estrechamente vinculados, mientras que el estrés reduce los niveles de magnesio, una déficit de magnesio puede exacerbar los síntomas de estrés, el magnesio reduce la liberación de las hormonas del estrés, como por ejemplo el cortisol (hidrocortisona) y además, actúa como neuroprotector evitando que llegue hasta el cerebro, el cortisol es una hormona esteroidea liberada por la glándula suprarrenal durante los momentos de estrés, en cantidades excesivas es perjudicial para la salud, es uno de los precursores potenciales de la ansiedad, él que nos provoca por ejemplo la sensación de aturdimiento, dificultad en la concentración y la memoria, razonar con claridad, reacciones lentas, el magnesio tiene capacidad reguladora del cortisol, al igual que el cortisol aumenta los niveles de azúcar en sangre en respuesta al estrés, el magnesio contrarresta la hormona mediante la estabilización de dichos niveles, disminuyendo la posibilidad de resistencia a la insulina y por lo tanto evitando que el cuerpo gane de peso.
El magnesio lo encontramos en las verduras de hoja verde, cereales integrales, frutos secos almendras, castañas y nueces, semillas de calabaza, mostaza, sésamo y girasol, aguacates, chocolate negro sin azúcar, perejil, salvado de trigo, espinacas, lentejas y garbanzos, pasas y ciruelas secas, guisantes, salmón y berberechos. La cafeína y el alcohol pueden reducir los niveles de magnesio en el cuerpo, evitarlos o consumirlos moderadamente durante períodos de estrés puede ayudar a combatir el cortisol alto.
Algo que conviene tener en cuenta es que el magnesio no es adecuado para todos, por ejemplo, si tenemos un problema renal, gastritis, hernia de hiato o reflujo gástrico, enfermedades cardiovasculares o hipotensión, puede interferir en la toma de algunos fármacos como los antibióticos, por ello lo más acertado será siempre consultar con nuestro médico.