Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte en el mundo, siendo su desarrollo multifactorial, entre estos factores, las dislipidemias o niveles anormales de lípidos en sangre, desempeñan un papel crucial, los lípidos (sinónimo de grasas) son moléculas orgánicas con diversas funciones en los seres vivos, reserva de energía, aislamiento térmico, formación de membranas celulares. Su exceso o niveles altos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en España, son responsables del 28.3% de las muertes, subrayando su impacto significativo en la salud.

Los triglicéridos, una forma de grasa, se almacenan en los adipocitos, actúan como reserva de energía en el tejido graso y se generan a partir de la alimentación. Están estrechamente vinculados a los ácidos grasos y se producen principalmente en el intestino y el hígado. Los niveles altos de triglicéridos (hipertrigliceridemia) se asocian con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, síndrome metabólico e incluso hipotiroidismo.

Por otro lado, el colesterol, una sustancia cerosa vital para la síntesis celular y las hormonas esteroides, se encuentra en diversas partes del cuerpo y proviene de la alimentación, aunque también lo produce nuestro cuerpo. El exceso de colesterol (hipercolesterolemia), se deposita en las arterias, propiciando la formación de placas, lo que conlleva el riesgo de formación de coágulos en el torrente sanguíneo, siendo uno de los desencadenantes de los accidentes vasculares bien en el corazón, el cerebro o cualquier parte donde se produzca el taponamiento.

La diferencia entre el colesterol «bueno» (HDL) y el «malo» (LDL) radica en sus funciones de transporte. La lipoproteína HDL lleva el colesterol al hígado desde distintas partes del cuerpo, para su eliminación es como el limpiador de los vasos sanguíneos, mientras que el LDL tiende a adherirse a la íntima, la pared más interna del vaso, aumentando el riesgo cardiovascular, estas adherencias por el paso del tiempo se endurecen, formando placas, hacen que los vasos aumenten su rigidez y disminuyan su luz o diámetro, en física esto conlleva mayor presión, factores que predisponen a sufrir accidentes vasculares.

Varios factores contribuyen al desequilibrio lipídico, sedentarismo, alimentación rica en grasas saturadas y azúcares simples o refinados, además de los factores genéticos, mantener niveles adecuados de colesterol y triglicéridos es indispensable si no quieres tener problemas. Un estilo de vida saludable, con una actividad física regular y una alimentación equilibrada, como la dieta mediterránea rica en frutas, verduras, carnes magras, pescados ricos en omega-3, es fundamental. Evitar el sedentarismo, el sobrepeso, las grasas saturadas, los carbohidratos o azúcares simples, tabaquismo y alcohol, ayuda a mantener estos lípidos en niveles óptimos.

En resumen, tanto el colesterol como los triglicéridos son esenciales para el funcionamiento del cuerpo, pero su desequilibrio puede tener consecuencias graves para la salud cardiovascular, nuestro estilo de vida juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades.

Por Mariano Rodríguez Pastor

M. Rodríguez Dietética Acupuntura es una Web de terapias complementarias, consejos e información, tratamientos naturales, trabajamos para mejorar su salud, disciplinas terapéuticas Acupuntura MTC, Auriculopuntura, Naturopatía, Homeopatía, Iridología, Dietética y Nutrición, las alteraciones tratadas frecuentemente están relacionadas con la patología del dolor, trastornos de tipo nervioso y nutrición.