Ilustración conceptual de la planta Coptis chinensis con estructuras moleculares de berberina flotando a su alrededor.La berberina, extraída del Coptis chinensis, es un compuesto natural con potencial terapéutico en obesidad y diabetes.

El verano y la eterna búsqueda del milagro para adelgazar

Llega el verano, y con él, el afán por perder peso se dispara. El COVID ya es historia, el conflicto ruso-ucraniano se ha normalizado en el imaginario colectivo, y como cada año por estas fechas, se reactiva la caza del “producto milagro”. Lo nuevo se mezcla con lo ya conocido: cetona de frambuesa, aceite de coco, té matcha, batidos de celebridades, dietas proteicas, dietas líquidas… Incluso pruebas de incompatibilidad alimentaria o análisis genéticos se han utilizado con fines comerciales más que clínicos.

Pero este año hay un claro protagonista: la semaglutida (comercializada como Ozempic). Junto a ella, otras moléculas como la tirzepatida compiten en ensayos clínicos. Son efectivas, sí, pero también costosas. Como siempre, antes que adelgazar el cuerpo, se adelgaza el bolsillo. Porque, aunque moleste recordarlo, no hay atajos: para perder peso hay que comer bien, moverse más y dormir mejor.

El nuevo paradigma: enfermedades metabólicas crónicas

En una sociedad con un sistema sanitario avanzado y campañas de vacunación consolidadas, los grandes desafíos han pasado de las enfermedades infecciosas a las crónicas no transmisibles. Diabetes, enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, inflamatorias y cánceres varios copan hoy la atención médica y científica.

La obesidad, en este contexto, es un actor central. No solo como enfermedad en sí, sino como base patológica que predispone a muchas otras: hígado graso, dislipidemias, resistencia a la insulina, hipertensión o inflamación crónica. El tejido adiposo, lejos de ser un simple depósito inerte, es metabólicamente activo y complejo. Se distingue entre grasa blanca (almacenadora de triglicéridos), grasa marrón y grasa beige (implicadas en la termogénesis y el gasto energético).

Cuando este equilibrio se rompe, predomina la adiposidad blanca, y con ella, el aumento de peso corporal y el deterioro metabólico.

Ilustración conceptual del efecto de la berberina sobre el tejido adiposo, mostrando la transformación de grasa blanca en grasa marrón termogénica.
La berberina favorece la termogénesis al activar adipocitos marrones y beige, incrementando el gasto energético.

Coptis chinensis y berberina: una tradición milenaria con evidencia moderna

En la Medicina Tradicional China, una de las plantas más utilizadas es el Coptis chinensis, fácil de cultivar y presente en la mayoría de los botiquines familiares. Tradicionalmente se ha empleado para tratar diarreas bacterianas gracias a su potente efecto antibiótico. Su principio activo más relevante es la berberina, un alcaloide de tono amarillento, accesible y barato.

Pero su efecto va mucho más allá del aparato digestivo. Estudios recientes, como los publicados en Frontiers in Physiology, indican que la berberina puede ser un suplemento eficaz en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y las hiperlipidemias. En 2004, el equipo de Jiang demostró que la berberina reduce el colesterol total, los triglicéridos y la lipoproteína LDL, actuando por mecanismos distintos a los de las estatinas.

Entre 2008 y 2010, el grupo de Ning amplió estos hallazgos en una población mayor con dislipemia y diabetes tipo 2, confirmando sus beneficios sobre el control lipídico y glucémico. Además, se ha observado que activa la termogénesis en los adipocitos, favoreciendo un mayor gasto energético y menor ganancia de peso.

¿Sustituto natural del Ozempic?

Las comparaciones con fármacos como Ozempic surgen de forma natural: ambos compuestos actúan sobre el metabolismo, el control del azúcar y el peso corporal. Sin embargo, hay diferencias notables. La berberina no es un agonista del receptor GLP-1, como la semaglutida. Su acción es más modesta y multifactorial, pero también con menos efectos secundarios cuando se usa adecuadamente.

Eso sí, como advierte la doctora Elise Bakelants, del Hospital Universitario de Ginebra: “Su carácter ‘natural’ puede llevar a engaño. Puede tener efectos adversos, especialmente al combinarse con otros medicamentos o suplementos. No debe tomarse a la ligera, y siempre debe usarse bajo supervisión médica”.

Conclusión

La berberina no es un milagro, pero sí una herramienta prometedora en el abordaje natural de los trastornos metabólicos. Frente al impacto mediático de fármacos como Ozempic, su perfil modesto pero eficaz, accesible y con una larga tradición terapéutica, la convierten en una alternativa razonable en determinados contextos.

Por suerte, ni la berberina ni ningún otro suplemento sustituye lo esencial: comer bien, moverse más, dormir mejor… y contar con el acompañamiento de un profesional de confianza.

Por Mariano Rodríguez Pastor

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