El alzhéimer no es una consecuencia inevitable del envejecimiento
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar, y con el tiempo, también la habilidad de realizar tareas sencillas. No es una parte normal del envejecimiento, sino el resultado de cambios complejos en el cerebro que comienzan años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Estos cambios provocan la pérdida progresiva de neuronas y de sus conexiones.La alimentación, una aliada para prevenir y ralentizar el deterioro cognitivo
El estilo de vida, y en particular la alimentación, han demostrado ser factores clave para reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer. Incluso en quienes ya lo padecen, una dieta adecuada puede ayudar a mejorar algunos síntomas. Según un estudio publicado en la revista Neurology y liderado por el equipo de Puja Agarwal en la Universidad RUSH de Chicago, existen dos patrones dietéticos que se relacionan con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad: la dieta MIND y la dieta mediterránea. Ambos enfoques comparten una base rica en alimentos vegetales, especialmente verduras de hoja verde, frutas, granos integrales, aceite de oliva, frutos secos y semillas. Estos componentes se asocian a una menor acumulación de placas amiloides y ovillos de tau en el cerebro, dos signos característicos del alzhéimer.
La dieta mediterránea, rica en vegetales, pescado y aceite de oliva, puede retrasar el deterioro cognitivo.
Dieta mediterránea: tradición saludable con evidencia científica
La dieta mediterránea promueve el consumo de frutas y verduras variadas, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva como fuente principal de grasa. También recomienda ingerir pescado al menos tres veces por semana, y reducir el consumo de carnes rojas y alimentos ultraprocesados. Esta dieta, ampliamente estudiada, se ha vinculado a numerosos beneficios cardiovasculares y neurológicos, lo que la convierte en una herramienta preventiva frente al deterioro cognitivo.Dieta MIND: nutrición enfocada en la salud cerebral
La dieta MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay) fue diseñada específicamente como acompañamiento terapéutico para enfermedades neurodegenerativas. Combina elementos de la dieta mediterránea y la dieta DASH (enfocada en la hipertensión), pero con un énfasis especial en los alimentos protectores del cerebro. Entre ellos destacan las verduras de hoja verde, como espinacas o col rizada, y las bayas, especialmente arándanos y grosellas, por su alto contenido en antioxidantes. Además, la dieta MIND aconseja el consumo semanal de pescado y restringe alimentos como mantequilla, margarina, quesos grasos, carnes rojas, bollería, dulces y frituras.Estudio con base neurocientífica y análisis post-mortem
En el estudio de la Universidad RUSH se realizó un seguimiento durante unos siete años a 581 personas con una edad promedio de 84 años. Todos ellos aceptaron donar sus cerebros tras el fallecimiento para contribuir al avance en la investigación sobre la demencia. Aunque el 39% había sido diagnosticado con demencia en vida, el análisis post-mortem reveló que el 66% presentaban criterios neuropatológicos compatibles con enfermedad de Alzheimer. Tras ajustar los resultados por variables como el sexo, la educación, la ingesta calórica total y la presencia del gen APOE4 (asociado a mayor riesgo), los investigadores encontraron diferencias notables:- Las personas que seguían la dieta mediterránea tenían cantidades de placas y ovillos tau equivalentes a cerebros 18 años más jóvenes que los de quienes consumían principalmente carnes rojas y lácteos enteros.
- En el caso de la dieta MIND, la diferencia era también significativa: presentaban un perfil cerebral 12 años más joven en comparación con quienes seguían dietas ricas en grasas saturadas, azúcares y alimentos procesados.
Conclusión
Aunque el Alzheimer continúa siendo una enfermedad sin cura definitiva, los avances en investigación apuntan a que nuestras elecciones diarias pueden marcar una diferencia sustancial. Seguir una dieta saludable como la mediterránea o la MIND no solo fortalece el cuerpo, sino que protege uno de nuestros bienes más preciados: la memoria. Alimentarse bien no garantiza la inmunidad frente al alzhéimer, pero sí parece retrasar su aparición y reducir su impacto. La prevención empieza en el plato.Doctora Isabel Güell, neuróloga: «El mayor indicio de alzhéimer es olvidar nombres comunes».