👑 El mal de los reyes (y de quienes ya no lo son)
Si uno repasa los retratos de la corte de Carlos V o de Felipe II, no cuesta imaginar que más de un gesto de fastidio respondía a un ataque de gota. Durante siglos, esta dolencia fue conocida como el mal de los reyes, no porque fuera noble, sino porque afectaba a quienes tenían acceso diario a carnes rojas, hígado, mariscos y buen vino, en cantidades que hoy nos pondrían los pelos de punta a cualquier dietista. Curiosamente, era casi una distinción de clase. Newton, Darwin, e incluso Alejandro Magno figuran en esa lista ilustre. Pero la gota ya no hace distingos. Hoy se cuela silenciosamente en la vida moderna, donde no hace falta trono para excederse.⚙️ La gota: una artritis con firma química
La gota es una forma de artritis, sí, pero con un apellido peculiar: “metabólica”. Su sello distintivo es la acumulación de cristales de urato monosódico en las articulaciones, especialmente en el dedo gordo del pie, aunque puede visitar otras zonas con igual maldad. ¿Cómo llegan esos cristales ahí? El ácido úrico, un subproducto natural de las purinas (presentes en ciertos alimentos y tejidos), se eleva en sangre y, cuando no se elimina bien por el riñón, comienza a precipitar y formar esos pequeños puñales microscópicos que inflaman las articulaciones. En algunos casos, también pueden dañar los riñones (nefropatía por urato).📊 Una cifra que no es tan anecdótica
En 2016, la Sociedad Española de Reumatología estimó que más de 880.000 personas padecían gota en España. Y si hablamos de hiperuricemia (ácido úrico alto sin síntomas visibles), el porcentaje es aún mayor: 1 de cada 5 personas. No todos tendrán un ataque agudo, pero tener el ácido úrico elevado ya es una señal que merece atención: puede asociarse a hipertensión, diabetes, arteriosclerosis e incluso aumentar el riesgo de mortalidad cardiovascular hasta en un 30%. El cuerpo avisa, aunque a veces en silencio.🍒 ¿Y qué pintan aquí las cerezas?
Ahora viene la parte amable. En los últimos años, distintas investigaciones han señalado que las cerezas —sí, esas frutas humildes y rojas que anuncian el verano— podrían ser de ayuda para quienes luchan contra el exceso de ácido úrico. Diversos estudios, tanto en Asia como en Europa, han observado que el consumo regular de cerezas (frescas o en zumo natural) está relacionado con una reducción de los niveles séricos de ácido úrico y con una menor frecuencia de ataques de gota. No es magia, ni cura milagrosa, pero sí un aliado con base científica: las antocianinas, pigmentos antioxidantes presentes en la cereza, tienen efecto antiinflamatorio y ayudan a excretar el ácido úrico. Lo que en la Edad Media se curaba con sangrías, hoy podría prevenirse con un puñado de cerezas bien elegidas.🥦 Otros alimentos que también ayudan
Además de las cerezas, hay otros alimentos que pueden colaborar en la causa:- Alcachofa: diurética y depurativa
- Apio y zanahoria: alcalinizantes suaves
- Manzana y calabaza: digestivas y reguladoras
- Cebolla: antiinflamatoria natural
- Arándanos y fresas: antioxidantes y protectores renales
- Agua: el gran aliado olvidado. Sin hidratación, no hay filtrado renal que funcione bien.
⚠️ Consejos finales… con criterio
Aunque a muchos les sorprenda, la dieta sigue siendo una de las herramientas más potentes que tenemos para modular enfermedades crónicas. Pero no todas las personas con ácido úrico alto necesitan hacer lo mismo. Hay que mirar el cuadro completo: peso, función renal, tensión arterial, hábitos, antecedentes… Por eso siempre recomiendo: antes de lanzarse a tomar cerezas a diario (o cualquier suplemento), consúltalo con tu médico o con un dietista-nutricionista. No se trata solo de sumar alimentos “buenos”, sino de reorganizar el conjunto de la alimentación y el estilo de vida.📚 Referencias consultadas
- Chen P-E, Liu C-Y, Chien W-H, et al. Efectividad de las cerezas en la reducción del ácido úrico: revisión sistemática.
- Lamb KL, et al. Efecto del zumo de cereza ácida en el riesgo de ataques de gota. BMJ Open. 2020.
- Zhang Y, et al. Disminución del riesgo de ataques recurrentes de gota con cerezas. Arthritis Rheum. 2012.