Mujer joven de pelo corto y rubio con ropa deportiva roja realizando una postura de yoga de equilibrio en un espacio minimalista con suelo de madera clara.La práctica del equilibrio y el movimiento refuerza la vitalidad, según la Medicina China y la ciencia moderna.

Introducción

La Medicina Tradicional China (MTC) enseña que la salud es un estado de equilibrio dinámico. Nada es estático: lo que hoy está fuerte mañana puede debilitarse, y el cambio es la única constante. Para esta tradición, el riñón representa la fuerza de empuje vital, mientras que el hígado regula la calidad y cantidad de la sangre.

Curiosamente, la ciencia moderna empieza a coincidir en estos principios. Estudios recientes señalan al riñón como el guardián de una proteína llamada klotho, considerada una auténtica hormona antienvejecimiento. Por otra parte, la investigación sobre el envejecimiento vascular muestra que el sistema circulatorio es uno de los primeros en sufrir un deterioro acelerado a partir de los 50 años.

La visión ancestral y la evidencia científica nos muestran caminos distintos hacia una misma verdad: cuidar del riñón, del hígado y de la sangre es cuidar de la longevidad.

El riñón, guardián de la esencia vital y de la juventud

En la MTC, el riñón es el “almacén de la esencia” (Jing). De su fortaleza dependen la vitalidad, la capacidad reproductiva, la fuerza de los huesos y el ritmo del envejecimiento. En palabras sencillas: cuando el riñón se debilita, envejecemos más rápido.

Ilustración holográfica en blanco y azul de dos riñones flotando sobre unas manos humanas realistas que los sostienen con cuidado, fondo claro difuminado.
La ciencia moderna y la medicina tradicional coinciden en la importancia de proteger los riñones para la longevidad.

El hallazgo de la proteína klotho

En 1997, el patólogo japonés Makoto Kuro-o descubrió por accidente que la ausencia de la proteína klotho provocaba un envejecimiento precoz en ratones, que morían a los tres meses mostrando rasgos de vejez. Su hallazgo fue publicado en Nature Genetics, marcando el inicio de una nueva línea de investigación en longevidad.

Desde entonces, numerosos trabajos confirman que los niveles de klotho disminuyen con la enfermedad renal crónica y con el sedentarismo. Lo inverso también es cierto: la actividad física regular puede estimular la regeneración de esta proteína.

Ejercicio y longevidad

El neurocientífico Andrew Huberman, de la Universidad de Stanford, señala en PLOS One (2019) que el ejercicio en “zona 2” —equivalente al 60–70 % de la frecuencia cardíaca máxima— es esencial para proteger la salud cardiovascular y cerebral. Recomienda entre 150 y 200 minutos semanales de actividad aeróbica, combinada con ejercicios de fuerza.

En clave humanizada, podemos decir: no hace falta ser atleta; caminar con paso rápido, bailar o subir escaleras ya cuentan como entrenamiento para nuestra proteína de la juventud.

La sangre y el hígado: calidad, cantidad y movimiento

Si el riñón impulsa la vida, el hígado asegura que la sangre circule con la calidad necesaria para nutrir cada célula. En la MTC, hígado y sangre son inseparables: el primero almacena y regula, la segunda transporta vida.

El envejecimiento no es lineal

La investigación contemporánea confirma esta visión dinámica. Un estudio reciente de la Academia China de Ciencias, publicado en Cell (2023), analizó la evolución de las proteínas en siete sistemas corporales. Los resultados muestran que el envejecimiento ocurre en acelerones biológicos, con picos especialmente marcados entre los 45 y 55 años.

El sistema vascular como protagonista

Los científicos identificaron 48 proteínas asociadas a la edad, relacionadas con patologías como enfermedad cardiovascular, hígado graso o fibrosis tisular. El deterioro más evidente se observó en la aorta, nuestra arteria principal, lo que confirma que el sistema vascular es uno de los más sensibles al paso del tiempo.

Al inyectar proteínas de aortas envejecidas en ratones jóvenes, estos mostraron menor resistencia, coordinación y fuerza, un hallazgo que sugiere que la sangre y sus conductos son claves en el proceso global del envejecimiento.

Puente entre Oriente y Occidente

Ambas miradas coinciden en algo esencial:

• MTC: el riñón da la fuerza de empuje, el hígado regula la sangre.
• Ciencia moderna: el riñón regula la proteína klotho y el sistema vascular muestra los primeros signos de deterioro acelerado.

La conclusión es clara: cuidar de estos órganos no es solo un consejo ancestral, sino también una recomendación científica de plena actualidad.

Cuidar la longevidad en la práctica

• Movimiento diario: caminar, bailar, nadar o practicar taichí; cualquier actividad que active el Qi y regenere klotho.
• Alimentación equilibrada: reducir excesos de sal y azúcares, priorizar frutas, verduras y alimentos frescos.
• Acupuntura y regulación energética: estimular puntos clave del riñón y del hígado para mejorar la circulación de la sangre y la energía vital.
• Descanso reparador: el sueño nocturno es la mejor medicina para regenerar la esencia.

Conclusión

El lenguaje cambia, pero el mensaje permanece: cuidar del riñón y de la sangre es cuidar de la longevidad. La MTC lo describió con la sabiduría de los ciclos de la naturaleza. La ciencia moderna lo confirma con estudios proteómicos, hormonas y estadísticas.

En ambos casos, la lección es la misma: nuestros años no se cuentan solo por el calendario, sino por la vitalidad que conservamos en cada órgano y en cada célula.

Por Mariano Rodríguez Pastor

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