Los seres humanos vivimos marcados por un ritmo. A menudo no lo notamos, pero nuestros cuerpos funcionan como una partitura sincronizada con el tiempo: nos despertamos, tenemos hambre, nos sentimos activos o cansados… todo en ciclos que se repiten aproximadamente cada 24 horas. Estos son los ritmos circadianos, una especie de reloj biológico que regula funciones fundamentales como el sueño, la temperatura corporal o la secreción hormonal.

Cuando estos ritmos se desajustan, el cuerpo lo nota: insomnio, fatiga, problemas digestivos, dificultad para concentrarse… El equilibrio se rompe. Pero la buena noticia es que ese reloj interno puede reajustarse, y en ese proceso, herramientas como la alimentación consciente y la acupuntura se convierten en grandes aliadas.

La orquesta interna: qué son los ritmos circadianos

Los ritmos circadianos están profundamente enraizados en nuestro ADN. Aunque la luz solar es su principal modulador, no dependen exclusivamente del ambiente externo: incluso en completa oscuridad, nuestro cuerpo sigue funcionando bajo estos ciclos. El director de esta orquesta es el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que, mediante la percepción de la luz a través de la retina, sincroniza otros relojes biológicos distribuidos por todo el cuerpo, incluidos órganos digestivos, piel, músculos y glándulas.

Este “sistema horario” influye en casi todo: cuándo dormimos, cuándo comemos, cuándo tenemos más energía o cuándo estamos más propensos al descanso. Sin embargo, cuando hay un desajuste entre este reloj interno y el entorno (por ejemplo, por jet lag, turnos laborales rotativos o el uso excesivo de pantallas), los ritmos se alteran y aparecen los trastornos.

Trastornos circadianos: cuando el cuerpo no encuentra su hora

Algunos de los trastornos más comunes son el síndrome de retraso o adelanto de fase del sueño, el jet lag, el trastorno por trabajo en turnos o el ritmo de sueño-vigilia irregular. Aunque sus manifestaciones varían, todos tienen en común una desconexión entre lo que el cuerpo necesita y lo que el entorno exige.

Estas alteraciones no solo afectan el sueño. También tienen implicaciones metabólicas, inmunológicas y emocionales. De hecho, investigaciones recientes han relacionado los ritmos circadianos alterados con trastornos como obesidad, diabetes tipo 2, ansiedad y depresión.

El poder de la alimentación para armonizar los ritmos

Desde la dietética, los ritmos circadianos no solo se respetan: se regulan activamente. La manera en que comemos y cuándo lo hacemos, influye directamente en nuestros relojes biológicos.

La crononutrición, una rama emergente de la nutrición, estudia cómo el horario de las comidas afecta al metabolismo y al equilibrio hormonal. Comer de forma regular, evitar grandes ingestas nocturnas y alinear el desayuno con la salida del sol son estrategias fundamentales para mejorar el ciclo sueño-vigilia y restablecer el equilibrio interno.

Por ejemplo:

  • Desayunar temprano estimula la producción de cortisol, hormona clave para despertarnos.
  • Evitar cenas copiosas favorece la secreción de melatonina y una mejor calidad del sueño.
  • Incluir triptófano, magnesio y vitamina B6 (presentes en alimentos como avena, plátano o frutos secos) apoya la síntesis natural de serotonina y melatonina.
Acupuntura: resetear el reloj desde dentro

La acupuntura, por su parte, ofrece una vía profunda y milenaria para intervenir en el equilibrio circadiano. Según la medicina tradicional china, cada órgano tiene su propio horario energético, un momento del día en que su actividad es máxima. Por ejemplo, el hígado se activa entre la 1 y las 3 de la madrugada, y los pulmones entre las 3 y las 5 de la mañana.

Cuando una persona tiene despertares frecuentes a las 3 AM o fatiga extrema a media tarde, es probable que haya una desarmonía energética en ese meridiano u órgano, y la acupuntura permite intervenir de manera directa en ese flujo.

Además, múltiples estudios han demostrado que la acupuntura puede:

  • Regular los niveles de melatonina.
  • Modificar la actividad del sistema nervioso autónomo.
  • Mejorar la calidad del sueño y reducir el tiempo para conciliarlo.
  • Reducir el estrés, uno de los grandes enemigos de los ritmos naturales.
Ritmo, rutina y conciencia: las claves del bienestar

La clave está en volver a escuchar al cuerpo. En un mundo donde la luz artificial, los horarios impredecibles y el estrés constante desconectan a las personas de sus necesidades internas. Regular los ritmos circadianos no requiere recetas mágicas, sino constancia, presencia y coherencia, reencontrar nuestro tiempo interno. Porque, en el fondo, sanar también es volver a estar en hora.

Por Mariano Rodríguez Pastor

M. Rodríguez Dietética Acupuntura es una Web de terapias complementarias, consejos e información, tratamientos naturales, trabajamos para mejorar su salud, disciplinas terapéuticas Acupuntura MTC, Auriculopuntura, Naturopatía, Homeopatía, Iridología, Dietética y Nutrición, las alteraciones tratadas frecuentemente están relacionadas con la patología del dolor, trastornos de tipo nervioso y nutrición.