Un dolor que no se ve… pero se siente
La fibromialgia no presenta lesiones visibles, ni inflamaciones detectables, ni análisis que la confirmen con certeza. A menudo desconcierta tanto a pacientes como a profesionales. Afecta con más frecuencia a mujeres (alrededor de siete por cada hombre) y suele comenzar entre los 20 y 40 años, aunque también puede aparecer en personas mayores o incluso en niños. El desencadenante puede variar: infecciones, accidentes, enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, hipotiroidismo o eventos estresantes sostenidos en el tiempo. No se trata de un simple cansancio ni de un estado emocional alterado: hay una desregulación real en los mecanismos del dolor.
La pérdida de movilidad es una de las consecuencias invisibles que más limitan la vida diaria en personas con fibromialgia.
Síntomas frecuentes (y agotadores)
Los pacientes con fibromialgia suelen describir una constelación de síntomas, no siempre constantes pero sí persistentes:- Dolor muscular difuso, a veces migratorio, no localizado en articulaciones, con especial sensibilidad en zonas como el cuello, los codos o las rodillas.
- Rigidez matinal y empeoramiento con el esfuerzo.
- Fatiga crónica, que no mejora con el descanso.
- Trastornos del sueño: dificultad para dormir profundamente, despertares frecuentes, sueños vívidos o incluso apnea del sueño.
- Síntomas neurológicos: sensación de hormigueo, olvidos, problemas de concentración.
- Síndrome del intestino irritable: alternancia entre estreñimiento y diarrea, gases, náuseas.
- Bruxismo y movimientos involuntarios durante la noche.
¿Cómo se diagnostica hoy?
Hasta hace algunos años, el diagnóstico se basaba en la sensibilidad dolorosa al presionar 18 puntos corporales. Hoy, las pautas se han actualizado. El American College of Rheumatology establece que debe haber:- Dolor generalizado durante al menos tres meses.
- Presencia de dolor en al menos cuatro de estas cinco zonas:
- Parte superior izquierda (hombro, brazo, mandíbula)
- Parte superior derecha (hombro, brazo, mandíbula)
- Parte inferior izquierda (cadera, pierna)
- Parte inferior derecha (cadera, pierna)
- Zona axial (cuello, espalda, pecho o abdomen)
El tratamiento convencional: no hay fórmula mágica
No existe un tratamiento único ni universal. El abordaje suele ser multimodal, combinando:- Fármacos: analgésicos, antidepresivos, anticonvulsivos (estos últimos ayudan a reducir ciertos tipos de dolor).
- Fisioterapia: ejercicios suaves, preferiblemente en agua, para mejorar movilidad sin agravar el dolor.
- Terapia ocupacional: adaptar el entorno y las rutinas diarias.
- Psicoterapia: aprender a gestionar la ansiedad, mejorar la autoestima, y prevenir el aislamiento.
Acupuntura: una herramienta para el equilibrio y el alivio
La acupuntura, técnica milenaria de la Medicina Tradicional China, busca restaurar el equilibrio energético del cuerpo. En el contexto de la fibromialgia, puede ayudar a:- Reducir la percepción del dolor.
- Mejorar la calidad del sueño.
- Regular el sistema nervioso.
Vivir con fibromialgia: hacia un enfoque integrador
Aunque la fibromialgia no tiene cura definitiva, sí es posible convivir con ella de forma más saludable. Algunas recomendaciones útiles:- Escuchar al cuerpo y respetar los propios límites.
- Dormir en un entorno tranquilo y sin interferencias.
- Seguir una alimentación antiinflamatoria.
- Incluir técnicas como el mindfulness o el yoga suave.
- Mantener una red de apoyo emocional.
✍️ ¿Quién no recuerda la “crisis periférica” (2010–2016)? No fue la primera que llevaba a cuestas, pero sí una de las más duras: marcó prácticamente la desaparición de la clase media. Pasé de no tener tiempo a tener todo el del mundo. Sabía, como en otras ocasiones, que era cuestión de tiempo. Mi experiencia profesional me daba esa serenidad.
Aproveché ese periodo para transcribir artículos que había escrito años atrás con mi vieja Olivetti, los fotocopiaba en la copistería del barrio y los dejaba en la sala de espera, para quien quisiera leerlos o llevárselos.
A finales de 2012 empecé a publicarlos en mi blog. Hoy los recupero con respeto, como testimonio de una época y de un camino recorrido, revisados y actualizados 2025 en la categoría “Mis primeros artículos”.