Persona sola trabajando en una oficina vacía al anochecer, iluminada solo por una lámpara de escritorio.
“Cuando más necesitaba rendir… me bloqueé.”
“No sé qué me pasa, pero ya no soy yo.”

Estas frases, escuchadas en consulta o en silencio, reflejan algo más que cansancio. Señalan el umbral invisible entre la exigencia cotidiana y el colapso físico, mental o emocional. No se trata de una debilidad, ni de un mal día: es el síndrome de burnout o agotamiento profesional, una forma de estrés laboral que hoy afecta a millones de personas, muchas de ellas vocacionales, responsables… y exhaustas.

¿Qué es exactamente el estrés laboral?

No es simplemente tener mucho trabajo. El estrés laboral aparece cuando existe un desequilibrio entre lo que se nos exige y los recursos con que contamos para responder a esas exigencias. Es una respuesta del cuerpo y de la mente que intenta adaptarse a una presión sostenida, pero que, al no hallar salida, comienza a desgastarse desde dentro.

Paul J. Rosch, presidente del American Institute of Stress, advirtió hace décadas que el impacto del estrés en el entorno laboral iba en aumento. Hoy sabemos que tenía razón: según cifras recientes, casi la mitad de los trabajadores en sectores como sanidad, educación y servicios sociales, muestran signos claros de agotamiento crónico.

El estrés laboral no afecta a todos por igual. Factores como la personalidad, la inseguridad, el perfeccionismo, los hábitos adquiridos o incluso la historia familiar, hacen que el umbral de tolerancia varíe mucho de una persona a otra.

Hombre sentado en la cama al amanecer, con la cabeza agachada y las manos en la nuca, en actitud de agotamiento.

Cuando el entorno deja de exigirnos, el cuerpo y la mente hablan. El agotamiento no siempre se nota… hasta que estamos solos.

Burnout: del entusiasmo al agotamiento

El término “burnout” fue acuñado en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger, al observar que la mayoría de voluntarios que atendían a toxicómanos en su clínica acababan, en menos de un año, completamente desmotivados, irritables, insomnes, con síntomas depresivos… y, lo más grave, sin energía para seguir ayudando.

Hoy reconocemos esos signos con claridad: fatiga persistente, trastornos del sueño, ansiedad, problemas gástricos, dolores musculares, palpitaciones, pérdida de memoria, tristeza, aislamiento afectivo, baja autoestima, desmotivación, conductas violentas, consumo abusivo de café, tabaco o alcohol. La lista puede parecer excesiva, pero en muchos pacientes se cumple punto por punto.

Acupuntura y estrés: una vía complementaria

Frente a este panorama, una gran parte de las personas afectadas comienza a buscar algo más que fármacos. La pregunta es inevitable: ¿puede la acupuntura ayudar a reducir el estrés laboral y sus consecuencias?

Según estudios recientes, alrededor del 70% de quienes recurren a la acupuntura por estrés experimentan una mejora significativa en su bienestar. La Organización Mundial de la Salud reconoce su eficacia en trastornos del ánimo, ansiedad e insomnio. Y lo más relevante: la acupuntura no sólo trata síntomas, sino que puede prevenir recaídas al restablecer el equilibrio fisiológico.

¿Cómo actúa la acupuntura?

Desde la perspectiva científica, se ha observado que la acupuntura influye en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, clave en la regulación de las hormonas del estrés, como el cortisol. Al aplicar agujas en puntos específicos, se logra una modulación del sistema nervioso autónomo que favorece la relajación, el sueño y la respuesta inmunitaria.

Además, estimula la liberación de endorfinas —las llamadas “hormonas de la felicidad”— y mejora la circulación sanguínea en músculos y tejidos, lo que alivia tensiones y dolores derivados del estrés.

En estudios con animales, como el realizado con ratas sometidas a estrés por frío, se comprobó que aquellas que recibieron electroacupuntura en el punto Zusanli no mostraban elevaciones hormonales ni conductas de sobrecarga fisiológica. La respuesta orgánica al estrés se reducía de forma objetiva.

Medicina Tradicional China: el lenguaje del equilibrio

La Medicina Tradicional China interpreta el burnout como un agotamiento del yin frente a un exceso de actividad yang. El yin representa la sustancia, el descanso, la regeneración. El yang, la acción, la iniciativa, la tensión. Cuando uno se impone al otro sin pausa, el sistema colapsa.

El tratamiento con acupuntura busca restablecer ese equilibrio perdido. No se trata sólo de pinchar puntos: es una intervención global que considera el estado emocional, el tipo de vida, los hábitos alimentarios y el patrón energético individual. Por eso, dos personas con síntomas similares pueden recibir tratamientos muy diferentes.

Auriculoterapia y acupuntura láser: otras opciones

Dentro del mismo marco, la auriculoterapia (acupuntura en el pabellón auricular) se ha mostrado eficaz en trastornos del sueño, ansiedad, adicciones y dolores de cabeza, especialmente al estimular puntos como Shen Men o el punto hepático.

La acupuntura láser, por su parte, ofrece una alternativa indolora —ideal para pacientes sensibles— que utiliza luz de baja intensidad para activar puntos energéticos. Los estudios clínicos indican que esta técnica mejora el tono vagal, reduce la hiperactividad simpática y contribuye a una mayor estabilidad emocional.

Resultados y aplicación clínica

En Alemania, más de 30.000 médicos han integrado la acupuntura en sus consultas. Se estima que unos 9 millones de personas en ese país padecen burnout, y los datos clínicos muestran que hasta un 80% mejora sus síntomas con tratamientos basados en Medicina Tradicional China.

Las mejoras más reportadas incluyen:

  • Sueño más profundo y reparador
  • Reducción de cefaleas y contracturas
  • Disminución del consumo de fármacos para dormir o calmar la ansiedad
  • Mayor claridad mental y concentración
  • Recuperación progresiva de la motivación
En pacientes tratados con regularidad, también se ha observado un fortalecimiento del sistema inmunológico, menor propensión a las infecciones y una percepción renovada de autocuidado.

Una herramienta valiosa en tiempos exigentes

Aunque la acupuntura no sustituye un cambio de hábitos, ni puede eliminar las causas externas del estrés, sí representa una vía segura, efectiva y personalizada para mejorar la respuesta interna del organismo. En un mundo donde la exigencia parece no tener techo, disponer de un método que favorezca la calma interior se convierte en algo más que un lujo: es una necesidad.

Quizá, como en otros aspectos de la vida, la clave no está en rendir más, sino en rendirse menos a la lógica del agotamiento.

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✍️ ¿Quién no recuerda la “crisis periférica” (2010–2016)? No fue la primera que llevaba a cuestas, pero sí una de las más duras: marcó prácticamente la desaparición de la clase media. Pasé de no tener tiempo a tener todo el del mundo. Sabía, como en otras ocasiones, que era cuestión de tiempo. Mi experiencia profesional me daba esa serenidad.
Aproveché ese periodo para transcribir artículos que había escrito años atrás con mi vieja Olivetti, los fotocopiaba en la copistería del barrio y los dejaba en la sala de espera, para quien quisiera leerlos o llevárselos.
A finales de 2012 empecé a publicarlos en mi blog. Hoy los recupero con respeto, como testimonio de una época y de un camino recorrido, revisados y actualizados 2025 en la categoría “Mis primeros artículos”.

Por Mariano Rodríguez Pastor

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