
Los autores del estudio encontraron que el riesgo de problemas emocionales o de comportamiento del niño es mucho mayor si las madres, en lugar de los padres, presentan dificultades, sin embargo, existe una relación con la depresión de los progenitores, por lo que el riesgo aumenta, de acuerdo con la muestra, el 25 % de los menores con problemas emocionales o de comportamiento tenía ambos padres con síntomas depresivos, y sólo en el 6% ni la madre ni el padre los reportaba, en los hogares donde sólo el padre mostraba estos síntomas, el 11 por ciento de los niños también lo hizo, y cuando la madre tenía los síntomas, la tasa entre los niños fue de 19 por ciento, de acuerdo con los resultados publicados, los autores del estudio concluyen que es necesario que los pediatras y las escuelas presten atención a la depresión de los padres y no sólo de las madres, así como establecer terapias de apoyo para reducir su influencia en el comportamiento y estado emocional de sus hijos. El estudio no prueba que el estado anímico de los padres afecte a los niños, ya que podría ser que las madres y los padres se vuelvan más propensos a deprimirse cuando sus hijos ya presentan trastornos de tipo emocional o conductual, TDA con H o sin ella, rebeldía, estatus de espacio, fracaso escolar, malas compañías, de todos modos, «los padres con depresión tienden a relacionarse menos con los hijos, a tener conductas menos positivas y más duras, negativas y críticas», dijo Pettit. Para Weitzman, «los resultados coinciden con lo que esperaban encontrar», pero «lo más importante de este estudio es que nadie había pensado hacerlo antes», es más dijo «Nadie había pensado en tratar de organizar los servicios de salud para identificar y ayudar a los padres depresivos», por ahora, consideró, los programas preescolares, los médicos al igual que los psicólogos escolares y los de atención primaria deberían tratar de detectar la depresión paterna.Fuente:Chicago, 7 Nov. (Notimex)
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