
No suele ser suficiente y menos aconsejable comprarse un libro con la dieta de moda «Proteínas» y seguirlo a rajatabla, sobre todo si hay alteraciones acompañantes como colesterol, triglicérido , acido úrico, estreñimiento, este tipo de dietas no son aconsejables en personas con problemas de riñón, hígado, diabetes o alteraciones cardiovasculares, nuestro cuerpo para funcionar necesita combustible y solo disponemos de dos uno bueno que es el que proviene de los azucares y otro malo el de las grasas, el objetivo de las dietas proteicas es utilizar nuestros propios depósitos de grasa como único aporte energético ya que en este tipo de dietas los azucares están restringidos por no decir suprimidos, las reservas hidratos de carbono desaparecen en 24 horas consumidas principalmente por los músculos y en 48 horas nuestro cerebro empieza a consumir cetonas procedentes de nuestros depósitos de grasa reservando la poca glucosa que queda para las funciones más elementales como evitar la pérdida de proteína almacenada en músculos, los signos más evidentes de que nuestro cuerpo está en cetosis son mal aliento, mareos, dolores de cabeza, orina con olor fuerte, nauseas, perdida de calcio, posibles arritmias, pérdida de músculo, además de todo esto debemos puntualizar que el cerebro humano funciona con glucosa si carece de ella lo hace de cuerpos cetónicos estos tienen carácter ácido, hay fuentes que afirman que el 50% del cerebro puede utilizar cuerpos cetónicos como moneda energética pero el resto deber ser glucosa, si la dieta esta desvitalizada de hidratos de carbono a la larga problemas, los estados de cetosis generan una sensación de euforia tan transitoria como breve y onorexizante es decir no se tiene hambre, el problema viene cuando tienes que volver “SI o SI” a la normalidad es decir comer de todo, el efecto rebote es inevitable y ganas lo perdido con creces.
Perfiles Sociales